lunes, 5 de octubre de 2009

Técnicas de aguas blancas: Consejos para chickenliners / chotos / panchos / cachivaches al momento de bajar ríos:


1) Ir al río con gente que sepa más que vos de aguas blancas. Si te toca ir con gente que sepa lo mismo o menos, tratá de que sean más temerarios que vos cosa que lo malo (por ejemplo, morfarse un hueco) les ocurra antes y eso te dé tiempo a evitarlo.
2) Ir provisto de los elementos básicos de seguridad: dispositivo individual de flotación (malas noticias: los chalecos que usamos no son salvavidas porque no evitan que nos ahoguemos si estamos inconscientes), casco, cubrecockpit y bolsa para cadáveres en el caso de que vayas con temerarios en el grupo (ver punto 1).
3) Ir al río con conocimiento de técnicas de rescate y de maniobra en ríos: eskimo roll, hole boofing, hole punching, hole rolling, hole surfing, eddie turn, ferry, etc. Como es muy probable que todas estas fallen (porque la firme convicción en el éxito para llevarlas a cabo va a durar lo que tarde en aparecer el miedo o la pérdida de control de esfínteres), lo que conviene tener en claro es cómo nadar una vez que se abandonó la nave (con los pies para adelante… sino, quizás te saquen con los pies para adelante) para no terminar con el hole rotin’.
4) Ir aprendiendo a leer el río. La capacidad para reconocer qué es lo que se te puede venir encima no se aprende de un día para otro, ni en un par de salidas… y quizás no la aprendas nunca. Por eso, siempre recordar el punto 1 y tratar de memorizar, dentro de lo posible, indicadores del lugar de riesgo (una piedra de determinado color, un arbusto de determinada altitud, etc.). Es recomendable que los indicadores sean objetos difícilmente removibles (árboles, arbustos, puentes) y se desaconseja el uso de fauna local (guanacos, perros cimarrones, caballos y en el caso del Quequén, elefantes) por el hecho de que puede cambiar de lugar. Si se te ocurrió en algún momento hacer uso de alguno de estos últimos como indicadores, por favor dejá cuanto antes lo que estás tomando.
5) Ir con la firme convicción de que kayakero que portea sirve para otro río. Si no se sufre de orgullo patológico, lo único de malo que puede tener el porteo son los comentarios de los que no portean. Usualmente, las partes más complicadas de los ríos están más arriba, por lo que siempre se pueden argumentar razones de tiempo para hacer una bajada más corta (se desaconseja la utilización de “mi señora me está esperando para ir a pasear por el centro” en localidades como Potrerillos o Corcovado cuya población no debe llegar a los 1000 habitantes).
6) Ir desarrollando habilidades sociales. Dentro de lo posible, tratar de caerles simpático a los kayakeros locales. Si bajás con safety kayakers (kayakeros que brindan seguridad a las balsas de rafting) este aspecto es muy importante para evitar que en el medio de un rápido, si vos nadaste y una balsa volcó, prefieran rescatar a una gringa antes que a vos. Si las habilidades sociales no son lo tuyo, podés recortar la foto de una modelo poco conocida y mostrarla casualmente diciendo que es tu hermana soltera y ninfómana, la cual probablemente te acompañe en tus próximas vacaciones. Te facilitamos algunos términos que podés reemplazar en tu vocabulario cuando estés en Mendoza para potenciar tu aceptabilidad social:
Chavón: Culiao
Boludo: Huevon
Cubrecockpit: Enagua
Kayak: Kaiak
Hueco mortal: Pocito
Cachivache: Porteño

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